jueves, 31 de diciembre de 2009

EL FIN Y EL PRINCIPIO


EL FIN Y EL PRINCIPIO

La última cuenta de un rosario de 365 días inicia su inexorable camino que nos llevará a un nuevo año. Durante estos últimos doce meses muchos sueños se plasmaron en una hermosa realidad y otros perecieron como mera ilusión pasajera. Contrastes de luces y sombras que nos llevan a un nuevo horizonte de ilusiones por vivir.
Nuestras hermandades y cofradías han vivido un año intenso. En gran medida, el devenir de los acontecimientos ha venido condicionado por la proliferación de noticias de impacto, y que en gran medida, deben preocuparnos y ocuparnos, principalmente la nueva Ley sobre el aborto y la más que posible prohibición de crucifijos en colegios públicos. Indudablemente estos hechos han ocasionado un hondo pesar en los cofrades de Sevilla.
Lamentablemente una muy triste noticia se precipitó como pesada loza sobre los cimientos de nuestra Ciudad, que quedó rota en mil pedazos. Un acto despiadado y cruel acabó con la vida de nuestra Marta del Castillo. Una niña de Sevilla que sentía fervor por nuestra Semana Santa y que desde hace meses descansa junto a Nuestro Señor en el Cielo. Su vida se truncó a temprana edad. Sus desconsolados padres siguen buscando una respuesta imposible y rezan por encontrar el cuerpo de su niña, para entregarle un último beso y para que reciba cristiana sepultura. Su huella permanecerá en la memoria de Sevilla, como permanecerá el olor del último incienso que exhaló en vida, como quedarán sus vivencias cofrades, su última visita al Cachorro de Triana, su último paseo a orillas del viejo Guadalquivir o su último golpe de vista hacia la Giralda Centinela. Este triste pasaje en el devenir de la Historia de Sevilla oscurece todo lo bueno que pudimos vivir este último año.
Despedimos el año con lágrimas por la pérdida del padre Javierre. Se marchó con alegría y asomado a un privilegiado balcón de Sevilla que apunta hacia el Barrio de Triana. Su sonrisa contagiosa y su amor desprendido quedarán para siempre. Seguro que en el Cielo seguirá con su incansable labor de investigación y con sus ocurrencias.
Nuestro Cardenal Amigo se marchó con un hasta pronto. Todos recordamos al joven entusiasta que llegaba a Sevilla para continuar la obra de nuestro Cardenal Bueno Monreal. La cara amable de la jerarquía eclesiástica cerraba una inolvidable etapa de su vida y de la historia de la Iglesia de Sevilla. Su nombre quedará marcado con letras de amor en nuestros corazones. Llegó a nuestra Ciudad Juan José Asenjo para suplir la marcha de nuestro insustituible Cardenal.
Como nota positiva destacamos sobremanera que, por fin, pudimos disfrutar de una Semana Santa plena. Todas las hermandades pudieron realizar Estación Penitencial a la Santa Iglesia Catedral de Sevilla. Tras una Cuaresma de incertidumbre y dudas llegó un Domingo de Ramos espléndido, desde el prisma meteorológico, y que tuvo continuidad en el resto de jornadas de nuestra Semana Santa. Acontecimiento a reseñar la primera salida bajo palio de la Virgen de nuestra Señora Carmen Doloroso.
Todavía vivos los ecos de la última Madrugá, la Hermandad de la Esperanza de Triana revivió un acontecimiento trascendental en su Historia. Celebró el Veinticinco Aniversario de la Coronación Canónica de su Dolorosa Titular. La Junta de Gobierno se entregó en cuerpo y alma para entregarnos momentos de gran emotividad. Sevilla entera se volcó con la Esperanza en su retorno a Triana. Una noche inolvidable que terminó por romper en una hermosísima mañana. En horas vimos pasar por delante de nosotros los últimos cinco lustros en la vida de nuestra Hermandad.
El CENTRO DE APOYO INFANTIL ESPERANZA DE TRIANA fue una realidad en el año 2009. Un ilusionante proyecto ha visto la luz en Triana para cubrir las necesidades de unos niños y para dar tranquilidad a sus padres preocupados por el futuro, hasta entonces incierto, de sus hijos.
La salida del Cristo de la Salud de la Hermandad de Montesión resultó ser un auténtico regalo para Sevilla. Una Imagen, que invita al rezo en el interior de una pequeña capilla ubicada en el corazón de un Barrio con gran sabor, iluminaba con su Luz una jornada inolvidable para los hermanos de Montesión y para otros tantos sevillanos que vivieron el momento con emoción y sentimiento.
Sevilla volvió a vivir el día de La Esperanza, justo 100 días antes del Domingo de Ramos del año del Señor de 2010. Cinco Dolorosas que como cinco rosas brotaron en el alma de Sevilla para desbordarnos con su hermosura. Nuestras Hermandades y Cofradías ponían broche de oro a un año inolvidable.
Una semana después el Niño de Dios volvía a nacer en nuestros corazones. Nuestras vidas se abrían de par en par al Mesías y su espíritu nos alcanzaba de lleno. Las familias católicas celebramos una de las Fiestas Grandes del Calendario Litúrgico.
A punto están de sonar doce campanadas que nos llevarán a un nuevo año cargado de ilusiones y renovadas esperanzas. Doce campanadas que nos harán recordar a nuestros seres queridos en la memoria. Sentimientos contrapuestos al rememorar a quienes tantos años compartieron estos momentos de felicidad con nosotros y que hoy día participan del Banquete de Nuestro Señor Jesucristo. Tristeza por las ausencias y alabanzas a Dios por habernos regalado la presencia de nuestros seres amados.
Siguiendo una tradición de años, tras la última campanada, vuelvo a escuchar notas excelsas de “Amarguras” por mis hermanos “Ángeles Custodios de la Gloria”.
Celebramos con especial emoción las primeras navidades de nuestros niños recién nacidos. En ellos nos vemos a nosotros mismos y al niño que siempre llevaremos dentro. En sus pequeños ojos encontramos un nuevo motivo para seguir luchando. Necesitan de nosotros, de nuestro calor y de nuestro cariño, como nosotros necesitamos de su ternura, de su inocencia y de sus miradas complacientes ante cualquier gesto de amor que podamos mostrarles.
Un viejo año cierra sus ojos, cegado por la Luz de incesante amor desprendida por el Niño que acaba de nacer y un nuevo año abre su corazón a Sevilla. El principio nos devuelve a San Lorenzo y al Niño Grande de la Ciudad de los sueños. El Señor de Sevilla nos aguarda en la Basílica y los fieles acudimos a su llamada de amor infinito.
Iniciamos un camino que inexorablemente nos llevará a una nueva Madrugá de Viernes Santo, y como el mejor de los regalos, hacia el Dios de la poderosa zancada. Nuestros débiles corazones se fortalecerán ante el Señor, los pies cansados de las abuelas de la Ciudad caminarán con paso firme para que sus labios sedientos de amor alcancen a besar las manos de quien Todo lo Puede. Sevilla de tanto soñar, despertará para descubrir la penetrante mirada de DIOS.
“No me olvides nunca Gran Poder y el día que yo te falte llévame contigo a esa otra Plaza que nos aguarda en el Cielo sevillano” “Gracias Dios Mío por esta pequeña niña que pusiste entre mis brazos” “Gracias Gran Poder por poner tus manos eternas sobre la carita de mi ángel cuando tan cerca estuvo de marcharse para siempre”. “Ahora que te tengo tan cerca Padre Mío vuelvo a comprender que mi vida lejos de Ti carece de sentido”.