sábado, 13 de junio de 2009

UN SUEÑO DE VEINTICINCO AÑOS


UN SUEÑO DE VEINTICINCO AÑOS


Esta misma noche La Esperanza vuelve a la casa de su Madre, tras pasear durante catorce horas por las calles de Sevilla y retornar a la Capilla de los Marineros. Esta noche viviremos un acto muy distinto al del pasado sábado. De la más hermosa manifestación de júbilo vivida durante años en nuestra Ciudad pasaremos al recogimiento y a la intimidad devocional de los cofrades junto a su Madre.
Triana y por extensión Sevilla saben exteriorizar sus sentimientos según el momento y según el contexto. Los fieles que a diario bebemos de esa fuente inagotable de Esperanza encontramos en Ella una luz intensa que nos devuelve al camino de los sueños.
En catorce intensas horas hemos visto pasar por delante de nosotros veinticinco años de nuestras vidas. Hemos sido embargados por una sucesión de recuerdos, añoranzas y por esa justa memoria que mantiene muy vivos a quienes nos acompañaron en tan trascendental momento de la Historia de nuestra Hermandad y que hoy día gozan de la cercana presencia de nuestra Madre de la Esperanza.
Al igual que ocurrió hace cinco lustros volvió a llover sobre Sevilla. Sobre el verde tapiz que comenzaba a cubrir las calles de una Ciudad expectante e ilusionada, empezaron a caer las lágrimas de nuestros hermanos que vivieron en el amor de la Virgen y que iniciaron el camino de esa eterna chicotá que nos llevará a todos junto a la Reina de los Cielos. Volvieron a verla como la pudieron ver en el pasado. La contemplaron asomados a ese balcón de la Gloria al que todos llegaremos cuando las barcas de nuestras vidas echen anclas en el Puerto por Dios prometido.
Muy despacio caminaba la Esperanza de Triana. La fuerza de los corazones impedía a la Señora avanzar a mayor celeridad. Sevilla entera arropó a su Virgen trianera. Sevilla se hizo Triana y Triana que no pudo aguantar la larga espera cruzó el Puente para no perderse ni un solo minuto junto a la Señora.
El Puente de los Sueños, que cada Madrugá entre un mar de rezos, lleva a la Esperanza de Triana hacia Sevilla, por momentos recobraba el esplendor de la noche más señalada.
La Catedral de Sevilla abrió sus puertas a la Esperanza, la Giralda secaba las lágrimas aterciopeladas que resbalaban por sus paredes y ventanas. Lágrimas amargas que repicaban a despedida. Sonaba la marcha para una Reina hace veinticinco años Coronada. El Mayor Templo de Sevilla sobrecogido lanzó al viento el son de sus campanas y un grito brotó de las entrañas de sus piedras milenarias “adiós Madre Mía, no tardes que te espero despierta hasta la próxima Madrugada”.
La Virgen reviró hacia el mismo lugar en el que cada Madrugá de Viernes Santo la Madre y Reina de los sueños macarenos inicia el camino de regreso hacia su Templo, Barrio y Cielo. La sabiduría de Sevilla vuelve a reencontrar a dos esperanzas, a dos sueños, a dos ilusiones, a dos realidades, a dos bellezas de inigualable parangón. Permanecen en el aire redobles destemplados de Centuria, lejanos ecos de Coronación y la imborrable huella de esa Esperanza que no termina de pasar por nuestras vidas, somos nosotros y no ELLA quienes pasamos por su vera.
Se abrió la mar silenciosa, una suave brisa de bonanza acarició la suave tez morena de la Virgen Marinera y Sevilla entera se hizo ceramista y alfarera.
“Dime Madre Mía, si estoy soñando o si estoy despierto”. “Si estoy soñando déjame dormir mi sueño junto a Ti y si estoy despierto quédate a mi lado y no pases de largo para que no muera de pena”.“Aquí me tienes Esperanza de nuevo, veinticinco años han pasado y como verás a penas he variado, Tú en cambio no sólo permaneces sino que mil veces más hermosa te apareces”.
Llega la Virgen a Plaza Nueva y en el Cielo se dibuja un reflejo de Madrugá. Esa misma Luna del Parasceve que reinó en la noche eterna de Sevilla se hace ver entre las nubes que terminaron por desaparecer para dar lugar a un firmamento totalmente despejado. Por decenas de miles se contaban los fieles que arroparon a la Señora hasta que su verde manto se perdía buscando el cercano Templo Franciscano de San Buenaventura.
Por Zaragoza avanzaba la Virgen en interminables e imperceptibles chicotás, hasta que por fin el palio reviró y la Reina de Triana plantó sus ojos en el horizonte de su Barrio.La Esperanza de Triana llegó a su Barrio, tras traspasar un Puente inundado de promesas y sueños. La Capillita del Carmen volvió a ser el alfa del encuentro con su Virgen y la omega en la despedida de Sevilla.
Durante una intensa mañana se vivieron imágenes irrepetibles que quedarán para siempre guardadas a buen recaudo en nuestros corazones. El Altozano la esperaba despierto para mostrarle el camino hacia San Jorge que rezaba orgulloso “hasta aquí llegó la Reina de Triana”.
Tras un mínimo respiro, se obró el milagro por Antillano Campos. Parecía imposible que el palio y la Reina de Triana traspasaran la estrechez de una calle inverosímil para su paso. Pasó la Virgen y las flores de las esquinas de su palio acariciaron las paredes cercanas, los varales sortearon los balcones, sobrecogidos estaban los corazones, las miradas tornaban hacia un capataz seguro de su cuadrilla.
Llegaba la Virgen a la Cava de los Civiles, una Cava trianera muy cercana a su Mirada y que cada mañana de Viernes Santo anhelante quedaba de besar los pies de la Señora en sus sueños más amada.
Lágrimas en la Capilla de la Estrella por el reencuentro de la Luz y Guía de entre tinieblas y la belleza desbordante que no necesitó nunca ni de palio, ni de flores para dejarnos sin palabras.
Esperaba Santa Ana despierta, tras una noche de desvelos. El corazón le volvía al pecho y a su nieto al oído susurraba “aquí la tienes de nuevo”. Se marchó una tarde soleada y vuelve de mañana, como siempre que sale de su Casa de Pureza para enamorar a Sevilla. Por tres veces el silencio se hizo voz para llamarla "guapa, guapa y guapa".
La Calle Larga de Triana, entre lágrimas y plegarias, recibía a la Esperanza. La interminable espera acabó en una atronadora salve de aplausos justo en el momento en el que la Capilla de los Marineros recibía a la Reina de Triana. Se acababa un sueño de veinticinco años resumido en catorce maravillosas horas de Sevilla y de Triana con su Esperanza.
Mi agradecimiento a Vicente Acosta, Adolfo Vela y al resto de hermanos que hicieron posible estos dos hermosos sueños junto a la Esperanza.

sábado, 6 de junio de 2009

MARTA DEL CASTILLO, NUNCA TE OLVIDAREMOS


MARTA DEL CASTILLO, NUNCA TE OLVIDAREMOS



Cada día que pasa van llegando noticias, que no hacen otra cosa que aumentar el dolor de unos padres hundidos en la desesperación.


Sólo les queda una habitación vacía, el recuerdo de su anhelado ángel y la esperanza de reencontrarse con su niña, para darle un último beso, y que, por fin, su cuerpo pueda recibir cristiana sepultura.


Una triste noche Sevilla entera quedó atravesada por el más cruel y desgarrante puñal. Desde entonces, la memoria de nuestra Ciudad quedó marcada por el horror y la barbarie.


Ni nada ni nadie podrá devolver la sonrisa de su hija a sus angustiados padres, ni liberará a los culpables de las ataduras de su miseria, pero por Dios, pedimos que pare de una vez la sinrazón. Son muchas las lágrimas derramadas y es hora de encontrar un mínimo atisbo de luz ante tanta oscuridad.


“Dios Mío, Tú que sabes la verdad y que eres el más justo juez de nuestros actos, muéstrale a los verdugos de esta inocente niña el sendero de la verdad, para que sus padres puedan encontrar cierta paz en sus rotos corazones y tengan la posibilidad de acompañar con amor a Marta en su último viaje por la Sevilla de su alma”.


Sevilla, entera se ha unido en una causa común. El dolor de los padres de Marta es nuestro dolor, su angustia la nuestra propia, su desesperación es la nuestra y su esperanza es la bandera que nos une.


Todos estamos unidos ante la tragedia y haremos frente común para aliviar el dolor de una familia que sufre el peor castigo. Lucharemos porque no vuelva a repetirse nunca más en la vida.
Nuestra querida Marta adelantó su último viaje en el tiempo como consecuencia de la mayor injusticia que en muchos años se cometió en nuestra amada Ciudad, ahora manchada de sangre.


Marta vivirá para siempre en la justa memoria de Sevilla, nuestro cariño y su recuerdo alimentarán su espíritu. Nuestra Sevilla retomará su rumbo, caminando de frente, pero nunca perderá de vista el azul Cielo que la cobija y seguirá buscando en una lejana estrella la sonrisa de su niña dormida.


En el día de ayer vivimos fuertes emociones en la PLAZA NUEVA. Mil sevillanos nos reunimos para arropar a los padres, demás familiares y amigos de Marta. Todos fuimos una misma voz, un mismo grito por la justicia.


Los padres de Marta, su abuelo, tío, resto de familiares y amigos, invadidos por el dolor y con la mirada casi perdida en busca de una respuesta, una respuesta imposible, sacaron fuerzas de no sabemos donde, para darnos la más hermosa lección de amor de la que, a seguro seremos testigos en nuestras vidas.


Sin lugar a dudas la fuerza, les llegó de Marta. Hasta hace pocos meses cuidaron de su niña, como ahora es ella misma quien cuida de ellos, es su ángel protector y custodio.


Esas palabras deben servirnos a todos para mantener viva la memoria de Marta y para que nunca lleguemos a desfallecer en esta justa causa llamada Marta del Castillo.


Desgarradoras palabras de una madre que únicamente pedía volver a tener entre sus brazos el cuerpo de su niña y de un padre que clamaba porque nunca más otros padres tuviesen que sufrir lo mismo que él y su familia están padeciendo en carnes propias.


No debemos olvidar nunca que todos somos Marta del Castillo y que nadie está libre de sufrir un drama parecido al suyo. Todos unidos debemos luchar porque la impunidad no acabe con la libertad de nuestros hijos.


Esta noche Sevilla entera saldrá a la calle para sentir de cerca a esa Esperanza que tanto deseamos para la familia de Marta. En los ojos de tu Virgen Morena, querida Marta, volveremos a ver tus ojos de niña. Como tu Virgen de Triana, tú nunca terminarás de pasar por nuestras vidas.


Pasará la Esperanza de Triana por las calles de Sevilla, sobre su cabeza llevará una Corona como señal del amor eternamente jurado por una Ciudad hacia Ella y clavado en el pecho un puñal, en el que irán esculpidas cinco letras, esas mismas que llevas por nombre: MARTA.

miércoles, 3 de junio de 2009

A LA MEMORIA DEL MAESTRO CARLOS SCHLATTER


Muy vivos los ecos de un domingo grande para Triana y para Sevilla junto a la Esperanza, asistimos con enorme tristeza al fallecimiento de un gran cofrade.
El maestro Carlos Schlatter nos abandona para vivir la merecida Gloria junto al gran protagonista de su cristiana vida.
Con D. Carlos se marchan parte de los sueños de muchos cofrades que crecimos enamorados de esa manera tan especial de pregonar la Semana Grande de Sevilla.
El encanto de la radio alcanzó su punto álgido en la voz de grandes cofrades que hicieron del buen gusto razón de vida.
El programa “SAETA” nació de las entrañas de la desaparecida RADIO VIDA y con el paso de los años llegó a convertirse en un canto a la Semana Santa eterna y duradera, a la Semana Santa del sentimiento y de la pasión, a la Semana Santa que es fiel a sus raíces, a la Semana Santa profunda y misteriosa.
Cinco voces daban vida a “SAETA”, programa decano de la radio cofrade sevillana. Un gran equipo, capitaneado por Carlos Schlatter y que contaba con la estelar participación de José Manuel del Castillo, Chano Amador, Aquilino Duque y Manolo Toro. Cada semana nos acercaban a la actualidad de nuestras hermandades y cofradías, recuperaba viejos pasajes de una historia de siglos y nos hacía soñar con una Semana Santa que se acercaba paso a paso a nuestras vidas.
Una antiquísima saeta hacía de pórtico al Programa que alzaba su Cruz de desbordante amor por Sevilla y por su Fiesta por Excelencia. La voz tomaba protagonismo y nuestros hogares se transformaban en improvisada Carrera Oficial. SAETA nos transportaba a la Sevilla clásica, a la Sevilla de la justa medida y del buen gusto, a esa Sevilla inmutable al paso de los años.“SAETA”, sin lugar a dudas, ha sido, es y será el gran referente de la radio de temática cofrade y el más fiel espejo, donde no han dudado en mirarse grandes comunicadores y cofrades de nuestra Ciudad.
“SAETA”, guarda silencio desde hace años en el dial radiofónico. No obstante, esa radio sigue estando muy viva en las agradecidas ondas de nuestros corazones y una Saeta penetrante sigue traspasando nuestros recuerdos y añoranzas.
Silencio pueblo cristiano, acaba de marcharse uno de los nuestros, uno de esos sevillanos que con su esfuerzo y en la lejanía de todo protagonismo han dignificado el mundo de la comunicación y sobre todo nos ha mostrado su lado más humano.
La desaparición de "SAETA" resultó ser un duro golpe para los muchos cofrades que nos considerábamos parte del Programa.
Estoy seguro que D. Carlos seguirá hablando de cofradías en ese lugar que Dios reservó a los grandes amantes de nuestra Semana Santa.
Hace unas semanas y asumidos en la tristeza por la ausencia de un amigo común que se nos marchó muy pronto de nuestras vidas, pude recordar con Chano Amador los grandes momentos del Programa "SAETA". Siempre recuerdo con su hijo Sebas aquel inigualable texto de nuestro querido Padre Ramón Cue Romano dedicado a la Esperanza Macarena y a la niña triste y enferma de la calle de la Feria. Chano, como siempre, remató los versos del Padre Cue con su selecto e inigualable toque de ironía.
Los sonidos del inconfundible estilo de Policía Armada ponían punto y seguido en cada sección del Programa. Recuerdos de memorables pregones, añoranzas, pinceladas poéticas, esencias musicales, se dice.... y por supuesto cierto toque de ironía, conformaban esta inconmensurable sinfonía de sensaciones impregnadas de romanticismo.
Estoy en la certeza de que nuestro añorado Carlos Schlatter estará muy cerca del Gran Poder de Dios y mirando a los ojos de su Madre. En su vida fue pregonero de amor y de generosidad, en su marcha nos deja asumidos en la tristeza y en la vacía soledad de la voz profunda que se apagó para siempre.
Como los buenos hombres que amaron al Señor y que predicaron en vida con su ejemplo, en su muerte encontrará la paz prometida por el que TODO lo PUEDE, por el que alarga la zancanda de desbordante AMOR en los surcos de nuestros corazones y por el que nos espera en la otra orilla del MAR de nuestras vidas para premiarnos con el descanso eterno junto a Él.
En estos momentos de dolor me llegan a la memoria las palabras de un gran cofrade y pregonero de Sevilla, José Sánchez Dubé, cuando al pregonar a la Semana Santa de Sevilla exaltó a su Virgen de la Estrella. Ese mismo nudo en el pecho que le producía, al que llevase con acierto y bondad los destinos de mi Hermandad de la Calle San Jacinto al hablar de la Virgen de la Estrella, es el que puedo sentir en estos momentos por la marcha del maestro.
Descanse en paz querido cofrade de Sevilla y que Dios le bendiga.
Con todo mi cariño a quien bien nos enseñó a valorar la bendita herencia de siglos que toma vida cada primavera en la Ciudad elegida por Dios, a sus familiares, a sus amigos, a quienes participaron de su proyecto de radio cofrade y a quienes siguen manteniendo muy viva la luz de su recuerdo.

No muere la persona sino por el olvido, en el recuerdo permanece el amigo que se marchó de nuestro lado. Su memoria, querido y admirado maestro, permanecerá para siempre muy viva en nuestros corazones.